viernes, 4 de marzo de 2016

Relato 6: Escribe un relato en el cual el personaje principal sea alguien que conozcas hoy.

No he conocido a nadie nuevo ni hoy ni esta semana, y aunque lo hubiera hecho no hubiera podido escribir sobre él o ella, ya que cuando escribo sobre alguien me gusta conocer a la persona más que de un día o una semana, por lo que he decidido escribir sobre una de las personas más recientes que tengo en mi vida, aunque haya pasado más de un año desde que le conocí. La persona a la que me llevo de mi primer año de universidad, que se ha convertido en un gran amigo, con el que he vivido muchos momentos y con el que espero volver a vivir más experiencias. Y como desde que sabe que escribo me está insistiendo mucho en que escriba un libro con el personaje principal inspirado en él y que se lo dedique, aquí tenéis un adelanto de una de mis futuras novelas.

Parecía mentira que hubieran pasado seis años desde que había empezado el instituto y que ya hubiera llegado el último día. Después del verano me mudaría a la ciudad para estudiar Derecho en la universidad.
Al llegar a mi casa me encuentro a mi padre en el salón.
-¡Qué bien te veo!- me dice.
Pienso que quiere algo de mí, ya que no creo que me vea bien con el moreno de flexo que tengo después de los exámenes finales.
-Gracias- contesto dejando la mochila sobre el sofá
-Bahri, tengo que enseñarte algo- me dice sin rodeos.
Ya sabía que quería algo.
Me guía hasta su habitación y entramos en el vestidor. Veo que una de las puertas tiene una cerradura. No suelo entrar ahí con frecuencia, por lo que no me había dado nunca cuenta hasta ese momento. Mi padre saca una llave del bolsillo y la abre.
-Pasa- dice.
Le miro sin saber si me lo dice en serio, pero según su cara no parece que esté de broma, así que entro y el me sigue. El armario está totalmente a oscuras, pero noto como toca algo en la pared y el armario parece moverse, como si estuviéramos en un ascensor que baja.
La puerta se abre y un pasillo luminoso con las paredes forradas de madera aparece delante de nosotros. Cierro los ojos con fuerza, no sé muy bien si es porque me ha molestado tanta claridad después de la oscuridad del ¿ascensor? o porque pretendo despertarme de ese sueño. Al abrirlos veo que sigo de pie en el mismo sitio y que tengo a mi padre al lado. Al fondo parece haber una sala más oscura en la que solo alcanzo a ver pantallas de ordenadores.
-Tengo que contarte algo.
Yo sigo sin decir ninguna palabras porque, ahora que sé que no estoy soñado, no me puedo creer que aquello pudiera estar debajo de mi casa.
-Este es mi trabajo y del que pronto pasarás a formar parte después de que te prepares para ello este verano.
Su discurso se interrumpe por los gritos de una persona que conozco y a la que veo salir junto a su madre de una sala en la que no me había fijado.
-¡No puede ser que me hayas estado ocultando esto durante tantos años! ¡Has hecho creer que podía decidir mi futuro como yo quisiera y ahora descubro que ya estaba preparado! Todos mis planes de ir a la universidad en septiembre acaban de irse a la mierda porque formamos parte de un club de espías que...
Mi mejor amiga se calla tras darse cuenta de mi presencia.
-Bahri, ¿qué haces tu aquí?- me pregunta.
Me resulta imposible decir una sola palabra, no solo porque todavía siga flipando con todo lo que había pasado en unos pocos minutos, sino porque acababa de oír que aquello era un club de espías.
-Lana, esto no es un club de espías, es vuestro futuro trabajo- contesta su madre-. Os iréis los dos este verano a Bélgica para empezar con vuestros entrenamientos.
No solo los planes de universidad se habían ido a la mierda como bien había dicho Lana, sino también lo que creíamos que iba a ser el mejor verano de nuestras vida. 
No sé si quería saber que más sorpresas inesperadas estaban por llegar.

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