jueves, 24 de marzo de 2016

Relato 7: Escribe una historia ficticia sobre un encuentro con una celebridad en un restaurante.


La noche se cerraba en Valencia donde había ido con mi mejor amiga a pasar el fin de semana, a recuperarnos del frío que hacía en nuestra ciudad y poder pasar tiempo por la playa en aquella ciudad de la costa.
No parábamos de dar vueltas por los pueblos buscando un restaurante en el que se nos antojara cenar. Divisamos el Fitzgerald tras dar la vuelta a una rotonda y decidimos parar allí. Eran pasadas las once de la noche, pero decidimos probar suerte. El restaurante podría decirse que tenía una de las decoraciones más bonitas que había visto en mi vida, una pared decorada con guitarras eléctricas y banco de madera para sentarse. Se notaba que no había nadie al observar  la enorme sala vacía, a excepción de una persona, una señora rubia con un cuaderno y un bolígrafo en el que no paraba de escribir. Pensé estar viendo alucinaciones al darme cuenta de que la persona que teníamos justo en frente era J.K. Rowling.
-Dime que estoy viendo bien- le dije a mi amiga.
-Si me estas preguntando que si tenemos en frente a una de las personas que más han influido en ti en los inicios de tu carrera como escritora, la respuesta es sí.
-¿Crees qué tendría que decirle algo?
-Espera que cojamos mesa y pidamos y ahora te acercas.
Así lo hicimos, pero resulta que en el restaurante no estaban dispuestos a darnos de cenar ya que habían cerrado las cocinas y lo único que nos daban eran batidos. Intentamos convencer al camarero, pero no parecía que fuera a ceder.
-¿Hay algún problema?- mi cabeza tradujo el inglés de una persona a nuestra espalda, era la única persona del restaurante, así que nos imaginamos quien era sin necesidad de movernos.
-La cocina está cerrada y no quieren darnos la cena- contesté en un inglés que hasta me costaba pensar que me estuvieran saliendo las palabras en un idioma que hacía tiempo que no hablaba.
-¿No hay ninguna forma de arreglar esto?- preguntó mientras dejaba su bandeja sobre el mostrador.
El corazón me latía a toda de velocidad solo de saber que tenía a J.K Rowling a escasos centímetros.
-Gracias, por intentar ayudar, pero no se preocupe.
Giré la cabeza hacia la mesa sobre la que estaba su cuaderno y pregunté:
-¿Trabajando en un nuevo proyecto?
-Sí, claro, nunca he dejado de escribir.
-Los escritores nunca dejamos de escribir.
-¿Estás interesada en la literatura?
-Estudio literatura y estoy en proyecto de ser escritora, ¿podría darme algunos consejos?
-Será un placer.
Acabamos pidiendo batidos y sentándonos con ella a hablar sobre literatura, sus experiencias e incluso me llegó a dar consejos muy útiles para mis futuras novelas.
Nuestra cena acabaron siendo batidos de chocolate, pero se compensó con la gran noche que pasamos.

 

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