Llevaba
años viendo como tras las campanadas del 31 de diciembre mi hermana mayor salía
de fiesta mientras yo me iba a dormir.
Aquel año
sería la primera vez que empezaría un nuevo año hasta el amanecer.
Me puse un vestido de lentejuelas,
unas medias negras y unos tacones. Todos mis familiares se quedaron
sorprendidos al verme, ya que era la primera vez que me vestía tan elegante.
-A lo mejor conquistas algún corazón
esta noche –bromeó mi tío.
-Lo dudo –contesté-. Mi objetivo de
esta noche es pasarlo bien con mis amigas y tener la mejor primera fiesta del
año.
-Nunca se sabe, la nochevieja es un
buen día para enamorarse.
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